Justo esta tarde sin sol
me gustaría ser niño, ir bajo al ala abohardillada del desván,
con mi revista infantil bien sujeta,
dispuesto a convivir con Tim Tyler y Spud,
o con Flash Gordon y Dale y el doctor Zarcov,
hasta donde diga que continuará en el próximo número.
Ser niño.
Que todavía no hubiese ocurrido nada,
que el mundo
fuese todavía ese jardín del Edén, de la infancia,
que algunos humanos hemos tenido el privilegio
de disfrutar sin darnos cuenta
con esta tan increíble ingratitud.
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