miércoles, 11 de abril de 2007

El cansancio
desproporciona la vida,
yo no podría, por ejemplo, enamorarme,
si estuviese cansado
cuando te conociera.
No podría ser héroe, si mi ocasión
de serlo,
se presentara estando
cansado
como esta tarde de primavera gris,
que voy subiendo hacia la conciencia
como la nube escasa,
frágil,
de humo, de un rescoldo,
a la hora en que el viento y el sol se han puesto,
y no queda
más que su enorme huella, disfrazada de nube
color naranja y sorprendentemente verde.
El cansancio, ahora que lo pienso
se parece a una puesta de sol,
o puede que ella sea
la que es como un cansancio, lo que queda
de nuestro mejor esfuerzo
cuando las fuerzas se acaban, anochece
y empieza el miedo
a que no estés del otro lado del espejo
cuando yo llegue.

No hay comentarios: