DOMINGO 5 DE AGOSTO
Nada va como el tiempo,
que para eso es como es,
sin forma ni sustancia, lo más parecido a un tropel
de ángeles,
a un soplo del viento,
a la luz de la luna –si eres triste-
o al arco iris –si alegre-,
nada se recorre a sí mismo como el tiempo,
que pasa y se acaba
y ya está empezando de nuevo
hasta nadie sabe cómo,
nadie sabe cuándo
que se acabará como si nunca hubiera existido
como cada noche,
cada día,
cada pensamiento.
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