LUNES 27 DE AGOSTO DE 2007
Nadie, que yo sepa
ha sabido
pintar la niebla,
aire sutil del castillo
de la memoria,
que diferencia paisajes y recuerdos
mediante un semitono, sin color,
que modifica, sin embargo, todos
los de la luz,
su vigor de amanecida
o la tristeza
con que el día se queda, cada tarde,
dormido.
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