Viene con el tramo último del verano,
de pronto, este inesperado frío,
que hoy se ha posado en tu mejilla y parece
que te hubiese ruborizado en mitad del gesto,
de nuevo eres niña, alguien se ha referido a ti, como te toca este aire helado
y has detenido el gesto, sorprendida,
sin saber aún que hay invierno, pero intuyéndolo
con un vago temor,
acabas de saber
que cuanto nos rodea, que la vida misma
puede acabar la tarde
siendo una indecisa voluta, nadie sabe si de humo o de recuerdo
indeciso,
que podría ser de un día radiante
o de un sueño soñado en otro sueño.
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