sábado, 10 de marzo de 2007

Los cristales de mi ventana lloran
esta mañana;
casi seguro
que hay niebla en el fondo del valle y oculta el agua viva
para que oigamos mejo ese rumar del agua
que huele a primavera, ya.

Lloran, los cristales,
igual que mis ojos deslumbrados de frío
al salir a la calle a degustar este aire
hecho de espuma, niebla y el desasosiego
de esta primera luz,
hoy helada
del alba.

No hay comentarios: