Podéis, es cierto, encarcelarme el cuerpo,
pero el alma
se queda fuera, con la imaginación intacta,
libre, se queda fuera
mi pensamiento;
podéis también matarme, pero nunca
sabréis con certeza absoluta,
si me habéis devuelto la vida,
si estoy definitivamente vivo
o todavía muerto.
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