lunes, 2 de julio de 2007

DOMINGO, 1 DE JULIO

El agua del río,
bien de mañana, que yo lo he vista a través
del silencio
de la mañana del domingo,
baja aplanada, tersa, silenciosa,
como si recordara
los temores todos de la noche recién despierta
y no se atreviese aún
a poner música de susurros a su paso.

El agua del río, en la mañana
del domingo,
permanece también en duermevela, como la niña,
que sueña que la cogen
por la cintura y se la llevan,
ella no sabe quién,
ella no sabe dónde,
pero se deja ir,
con la dulzura con que se deja el agua.

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