¿Qué mueve más aire,
un jadeo
o un suspiro?
Puedo morirme de risa o de dolor,
de una hartura o de hambre. Podría
no haber nacido
y ser el mundo, sin embargo, igual.
Habría otro ser, en mi lugar,
¿necesariamente humano?
Puede que un paisaje, un árbol …
¿le habrías dicho a otro
las palabras de amor que me dijiste, habrías
podido
tener tus manos juntas en sus manos?
Se me ocurre, esta tarde de verano,
tener celos
de lo que pudo haber sido. Sufro.
Debe ser este calor que trae el viento en su vientre,
Debe ser éste un viento femenino
-no te rías, los hay-
preñado por algún
inhóspito, cruel,
solitario desierto,
que existe
porque tú, mi amor,
no has nacido.
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