lunes, 23 de julio de 2007

No me contéis más cosas, que aún no tuve ese rato de sosegada calma indispensable para clasificar las que me acumulan las lecturas sucesivas, algunas apresuradas, pero ninguna como la de esa campeona que según el periódico lee no sé cuantas mil palabras por minuto, un prodigio. La de libros que puede adelantarme en una carrera de lectores. Me pregunto si cuando se pasa sobre un escrito con esa rapidez, que desborda incluso mi comprensión, pese a que en su día me consideré un lector rápido, capaz de captar un mensaje de una mirada a la hoja tamaño folio a dos espacios que se ha convertido en soporte habitual de los escritores aunque no sean más que aficionados, cuando se es capaz de semejante alarde, se conserva algo de lo apenas entrevisto a la carrera, como los paisajes desde un rapidísimo automóvil, antes de que lo pare la guardia civil caminera y le aplique la ley de puntos y privaciones.

No me contéis más cosas, esperad, dadme una tregua de diez minutos, aunque no sea más, para recuperarme de la lectura de mis dos periódicos habituales, donde hoy la noticia que se sale es la de que en cierto país se han cargado por las bravas a no sé cuántos individuos por adúlteros y homosexuales. Ahí queda eso. Gente expeditiva. Su ley es su ley, como la nuestra, diría Pero Grullo, es la nuestra. Tal vez, digo yo, podrían haber tratado de curarlos, recuperarlos, cambiarles el paso o intentar convencerlos de que volviesen al redil de los cumplidores de su ley, pero no. Aplicaron aquello de que muerto el perro, se acabó la rabia, que es tanta mentira como la de casi todos los refranes y axiomas, tan por otra parte simplificadores. Con los bonito y hasta puede que útil que sería que todos o algunos muchos de los refranes y de los axiomas vigentes fuesen por lo menos partes indivisas de verdades incuestionables. Lo dicho. Necesito tiempo para descansar de un mundo donde el señor presidente acaba de decir que la ley humanamente confeccionada está por encima de la fe de la gente. Debe ser el verano, que ablanda las neuronas y les cierra los agujerinos por donde podría entrarles a empellones la humildad de la duda, antes de decir cosas así. El ha dicho que eso es algo que ocurre en una democracia.

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