Enero es un mes frío, doloroso sin versos
que vienen
congelados, inexpresivos,
en el viento del norte,
por eso le ponen al principio
la venida de los Reyes Magos
y la esperanza de cambiar con el año
esta rutina nuestra,
terca e insistente,
que suele volver envuelta en la niebla de cola
de enero, este mes frío
que acabamos casi siempre sin un céntimo.
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