martes, 22 de enero de 2008

Está hoy quieto,
helado,
el aire nuevo de la mañana, no mueve el viento
las palabras,
que se han quedado, jirones de niebla y silencio,
colgadas, como muérdago
de las ramas desnudas del árbol del invierno,
que no da sombra,
no canta
y apenas se refleja
en el agua inquieta
del arroyo en que se ha quedado la torrentera
duermen mis sueños
y mis versos,
como dos gatos, uno blanco, otro negro,
apacibles,
en mi regazo.

No hay comentarios: