viernes, 18 de enero de 2008

Vino el sol, esta mañana, a despertarme
y yo me hice el dormido, como siempre, sol
¿no sabes que aún no es día?
Él se ríe
a carcajadas de luz
pura, que no ha inventado aún los colores, es
como un recuerdo de la luz primera
del primer día, caliente,
trémulo, asustado
de haber oído el eco
de la voz de Dios.
Vino,
escucha, me dijo al posarse
sobre el dorso de mi mano,
pasó otra noche,
se fueron
de nuevo los temores de reflejo de luna, puedes
disfrutar de otro día.
Abrí los ojos, me dejé sentir
y allí estaba yo, de nuevo el mismo,
con la misma esperanza
y el mismo miedo.

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