En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
viernes, 23 de febrero de 2007
Ha muertro el Carnaval, pero se resiste, en brazos del señor Alcalde: al fin al cabo, un día más … -le dicen-, transijo, cede el Alcalde, celebraremos un día más de Carnaval, pero todos vosotros iréis con la cabeza cubierta de ceniza.
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