lunes, 14 de abril de 2008

Esta tarde, a las siete y media de la tarde,
estaba la luna,
¿qué hacía la luna, esta tarde,
en medio del cielo, a medio hacer,
a las siete y media
de la tarde?
Estábamos,
la luna,
el perro,
otro perro, que nos ladró al pasar,
la luna, ya digo, a medias de hacer,
y yo,
embobado,
como Pierrot mirando la luna, como el gitanillo
que la miraba en la fragua
el día que pasó,
y los vió Federico
García Lorca.
¿Será ésta la misma luna
o será otra?
Pienso que aquella
la llevaba Federico García Lorca,
como un tesoro guardado,
en el fondo de los ojos,
la noche que lo mataron.
¡Huye luna, luna, luna …!
pero cerraron sus ojos
y lo enterraron.
Por eso no puede ésta
ser aquélla.

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