domingo, 20 de abril de 2008

Se queda absorta a veces,
la primavera,
dudando si valdrá la pena seguir adelante,
consumar
ese acto de amor desesperado que consiste
en conjugar el recuerdo del frío con la esperanza
desesperada
del verano que será un día cosecha,
dolor de parto al sol, amanecida
de ese nuevo dolor que son siempre los niños
recién nacidos.

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