martes, 18 de septiembre de 2007

Cada día, cambia sutilmente el paisaje,
quita, alguien que cruza, una piedra, corta
un árbol, el leñador,
hay o deja de haber una zagala, que pasa
moviendo,
tentador,
el vuelo airoso de su falda.

Nada es igual a sí mismo, cambia
tal vez para sobrevivir,
al tedio insoportable de repetirse,
deduzco que la eternidad será también un camino
hecho de distintas sorpresas
que se multiplicarán en la ausencia del tiempo y del espacio
en otra dimensión sin límites.

1 comentario:

wanda dijo...

Todo parece igual, solo la distancia y el tiempo muestra la variabilidad sutil casi imperceptible del día a día. La eternidad de nuestras almas nos enseñará quizá a percibir otras cosas, ocultas a nuestros ojos humanos. La esperanza de entender algún día lo que ahora ignoramos ayuda a sobrevivir