lunes, 3 de septiembre de 2007

Tu nombre es hoy mi palabra preferida,
tu sonrisa, el suspiro
con que al despertar recobro conciencia de estar todavía aquí,
vivo y bañado por la luz del alba.

Déjame que te diga
todos los sueños que tuve,
los ciertos,
los que imagino para hacerte reír,
los de verdad, llenos de miedo y sueño.

No hace falta que hablemos,
ven conmigo
en el silencio de saber que no estás,
que sólo
eres el disfraz que esta mañana estrena
mi fantasía
sobre un frágil cimiento de recuerdos
también fingidos.

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