sábado, 8 de septiembre de 2007

El silencio ha venido,
asociado al otoño, como un olor
se apodera del aire
o el amor sofoca el aire que respiro cada tarde
que me enamoro. Son tantos
los amores posibles, y tan cortas
las tardes
a medida que la niebla del invierno, solícita,
nos arropa y confunde en la rutina …
Sólo la esperanza,
Camino entre la ciudad imposible de la fe,
y la ermita
peregrina
del amor,
nos mantiene todavía hoy vivos,
ahora mismo,
todavía vivos, pero aún
solos.

1 comentario:

A N A D O U N I dijo...

Vivos pero solos. Que verdad tan grande.

Abrazos amigo.