miércoles, 5 de septiembre de 2007

¿Cómo puede pasar el viento
sin detenerse
a mirarte y remirarte
después que te acaricia?

¿Cómo puede un pájaro volar
bajo el peso
del recuerdo o la esperanza
de haber sido o estar a punto de ser ángel?

¿Cómo podría funcionar, cada día,
la intrincada maquinaria
del universo,
sin alguien que vigile,
corrija,
remedie y remiende
este disparatado rompecabezas magnífico?

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