En realidad, he de confesar, que se trata de mis digresiones. Por eso, advierto que para cualquier curioso lector, podrían ser poco interesantes, intrascendentes, banales y hasta aburridas. Entonces -me pregunto- ¿para qué las escribes? Aún no he hallado respuesta para esta pregunta.
sábado, 29 de septiembre de 2007
Recibimos en sueños con una sonrisa a los mismo fantasmas que nos horrorizarían si topásemos con ellos en cualquier estancia de cualquier casa mientras despiertos. Y unas veces, durante el sueño, recordamos la teórica imposibilidad de su presencia, puesto que murieron ya, pero otras, ni siquiera eso, sino que charlamos con naturalidad con ellos o los saludamos al paso como hubiéramos hecho en vida, dando por supuesto que siguen comportándose como eran.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario