Giro sobre mi eje
de miopías antiguas, olvidado
del universo todo,
quizá demasiado grande,
tal vez tan pequeño
que no me veo sino a mí,
este copo de oscuridad
que nieva en el vacío. Si no fuese
porque creo
que es tu mano
la que espera,
no sé dónde,
ignoro cuándo,
llegaría a creer que no existo.
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