martes, 11 de septiembre de 2007

La cohetería del verano habrá dejado, digo yo, agujeros en el cielo,
por ahí cae ahora este viento de otoño
y cae el frío, como un anuncio de edición,
puesto que todavía no es otoño y sin embargo anuncian
para fines de año software nuevo, un nuevo libro de Harry Potter
y zapatos más cómodos que nunca.

Han abierto las puertas del colegio y salen
niñas, niños, niñas,
niños,
en confuso tropel rodeado de ángeles,
madres con más niños,
pájaros
y la caricia pasajera, distraída,
del último
sol
del verano,
que es como un abuelo impaciente,
con un niño y un rayo de sol en cada mano,
un pájaro y un ángel,
somnoliento,
en la puerta del colegio.

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