sábado, 19 de mayo de 2007

En cada lugar
me imagino otro sol, otra vida, otra manera
de andar. Este
sol
lo calcina todo cada día,
y luego lo reinventa más viejo, más sabio, aparentemente lo mismo
cada nuevo día,
que suena a campanillas lejos,
a riego hecho a gotas,
como a escondidas.
No entiendo lo que dice una rapaza,
casi palmera,
temblorosa llama
que le asoma
por el mirar de los ojos.
Me ha echado unas palabras a medio decir
y me dice el resto
de lo que me dice
con un destello hondo y apenas
el escorzo
de un contoneo.
Perdón, pregunto: ¿me decías …?
Nada, señó, no desía,
canto, mu bajito, porque estoy contenta,
porque ha amanesío,
porque es de día,
porque usté y yo estamo vivo.

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