viernes, 25 de mayo de 2007

Un grito, lejos, arropado en seguida de silencio,
un grito que llena de inquietud,
sin eco ni respuesta,
una voz
tal vez sin dueño, ¿imaginada?
puede que la voz de un ángel
custodio de no sé quién
que tal vez no haya logrado
nacer.
¿Qué ocurre con los ángeles
que el buen Dios destinó a los no nacidos?
¿Serán sólo una voz
que alguien imagina
en medio de cualquier tarde
de silencio y soledad?
¿Serán sólo un sonido,
ni siquiera voz?

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