sábado, 5 de mayo de 2007

Escucho con atención la mar,
es mi referencia,
si la mar respira acompasada
es que el buen Dios ha permitido que un nuevo día
permanezca viva
la humanidad,
sigamos
enredándonos en este ir y venir, romperlo todo,
rebuscar
en las entrañas de la tierra hasta arrancarles
ese trozo de alma, que parece
en ocasiones un diamante,
otras una esmeralda,
otras más, carbón para el milagro del fuego,
que es, dicen,
una fotografía, la imagen
del amor mismo, que
pasas la mano y no hay nada,
te detienes
y ardes, al rojo vivo, al rojo blanco,
ardes, ardemos, me voy quemando
hasta ser yo mismo
en la última voluta de humo gris.

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