domingo, 20 de mayo de 2007

Encuentro un rincón de silencio
entre tanta palabra perdida
como abandonan tantos candidatos a la gloria
por más que sea efímera.

Hay rincones como éste
donde no llegan sus voces, enredadas
en la cacofonía entre que disfrazan
las escaseces de elocuencia,
de ideas.

Rincones para escuchar
como suena todo, aún,
cuando parece que no suena nada:
un grito semiapagado, a lo lejos,
agua que pasa, hojas
que se mueven
como palabras olvidadas, hojas
vivas
y tu suspiro,
quién sabe de se aburrimiento o de esperanza
o de ese mínimo placer,
inconmensurable,
de nuestra soledad en compañía.

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