Todas esas figuras, me atormentan,
que advierto en apariencia vivas,
pero que no he de conocer
nunca.
Las ví desde el coche, forman
parte del paisaje, solo que se mueven, van,
hablan entre sí,
algunas, seguro que se aman, o se odian, o se desprecian,
durante cierto tiempo, ellos y yo,
poblamos juntos una parcela mínima de mundo,
tan cerca en el espacio y en el tiempo,
pero tan lejos.
No saben que aprovecharé el viaje
para soñar su historia, recordarla
como si hubiese ocurrido,
como si estuviese ocurriendo en el otro mundo paralelo de ahí fuera
desde que puede que alguno de ellos me sueñe a su vez.
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