Han soltado el viento,
silba,
ruge,
ulula.
¿Qién ha soltado, para qué, el viento?
Pasa yo creo que sin vernos, flagelándonos
sin propósito siquiera de hacerlo.
Porque el viento
es como un súbito ataque de locura
del aire respirado, envenenado
¿por cuál, por quién
de nosotros?
Tal vez yo mismo
sea ese copo oscuro,
de miedo,
que hay en el pecho del viento.
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