-Me voy a Madrid.
-¿Y qué harás en Madrid? –me preguntas-
-Escuchar a la gente que habla. Madrid, como no sé si sabes, es una selva un intrincado bosque de palabras. Multitud de gente, toda hablándote a la vez y tratando de venderte lo que sea: palabras, quisicosas, utopías, proyectos imposibles, sueños sin destino …
-¿Para qué vas?
-De vez en cuando, te tienta ir a ver la representación constante, la sesión continua, del viejo y gran teatro del mundo.
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