miércoles, 17 de octubre de 2007

MARTES, 16 DE octubre de 2007

Suben, verticales,
las palabras, ya humo,
que jamás se dirán,
hoguera que se extingue cualquier tarde inmóvil
de otoño.

A la hora de escribirlas,
estaba yo dormido,
por eso no habrán sido, cuando pase el tiempo
más que recuerdo de ocasión perdida
de escribir
el más hermoso de todos los poemas posibles.

Quedan,
como en un vago sueño, dos imágenes:
ese apenas hilo de humo
y esta lágrima
que no llorará nadie.

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