sábado, 3 de noviembre de 2007

-¿Y si fuera éste el País de las Hadas?
-¿Este? ¿cuál?
-Esta bola redonda, el mundo nuestro. Imagínate
que lo fuese y estuviera embrujado
y la bella dormida en el bosque,
y todo pendiente de la llegada del peregrino,
un mendigo disfrazado de príncipe, o viceversa,
para recuperar la vida, el movimiento,
la alegría.
-¡Pero si cada día están pasando,
se apean,
la besan media docena de príncipes o de mendigos!
Sólo el beso de amor, comprendes,
en el amor
está el secreto
de todo.

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