martes, 4 de marzo de 2008

Duda el día, si asomarse a la mar,
tiene miedo
de la espuma,
y anda remoloneando el sol,
con sus manos hundidas, ocultas
en algodón de nube,
si decidirse a mirar
o dejar que el agua, sola,
cante, con voz aguardentosa, a la mañana
recién nacida.
¡Despiértate, mi niña,
que viene el día!
Se despierta,
Sonríe,
y el sol se despereza, por fin
y nos mira. -

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