lunes, 24 de marzo de 2008

Lunes, el día dedicado a la Luna. Por eso digo yo que tendrá esta luz especial, como de Luna, que no llega a luz, indecisa, fría, hecha con sentimiento de tristeza y ruidos nocturnos, disueltos en un reflejo de agua quieta. Tiene importancia, además, la vocal con que empieza el sonido de la palabra en que consiste su nombre. Las vocales proporcionan musicalidad a unas palabras, que, si estuviesen hechas todas a base de consonates no serían sino una sucesión de chirridos, succiones y chasquidos. Las vocales son las que ponen la música y el color. A mí, las vocales me suenan de colores diferentes: la a roja, la u verde, negra la o, y hay otras personas que las “oyen” o “ven” con colores diferentes de éstos. Y pensaba que el fenómeno era muy raro, hasta que encontré su nombre en el diccionario: sinestesia, que me hace sospechar, puesto que hasta tiene nombre, que no es un fenómeno, sino algo que de un moo u otro, ocurre a casi todo el mundo. El de la u, ya dije que verde, muda según el tono de color y me parece uno de los más antiguos, seguro que por lo menos de la época de los druídas y los celtas, por consiguiente, que tenían por esta zona del noroeste una poderosa deidad femenina a que llamaban lug- Casi todas las palabras que empiezan por lug o por simple y sencillamente lu, pueden tener algo que ver en su aspecto etimológico con la diosa lug, de los celtas. Parece que los celtas, mercaderes de la sal, buscadores y custodios de salinas, acamparon en el noroeste de Francia y de España, en Bretaña, Galicia, Asturias y Portugal. El terreno de su influencia suele marcarlo la gaita como instrumento característico y vehículo de nostalgias- Suelo decir, cuando me preguntan lo que opino al respecto que sí, que ciertamente la gaita es dulce y nostálgica … mientras suene del otro lado del río. Al lado del oyente es ensordecedora. Una banda de gaitas alrededor de un gallego o de un asturiano, podría equivaler a la mascletá de un valenciano.

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