lunes, 17 de marzo de 2008

He venido, madre, a la casa
y ya no estabas, quise entrar
y asusté a no sé quién
que abrió la puerta, me miró, ¿a quien busca?

No le quise decir que te buscaba, miré el pasillo
seguía estando oscuro, pero sin ti, ahora
más oscuro.

Eché a rodar unas palabras
que podría haberte dicho
y por eso me duelen, calladas,
en el fondo
del alma,
y tampoco encontraron las huellas de tus pasos.

Oiga –me dijo no sé quién-
llamaré,
si no se va, a la policía …

Ya,
qué más daba,
no te dije
nada más, regresé a mi vejez
y me puse a llorar.

No hay comentarios: