sábado, 1 de marzo de 2008

Los sueños
no pueden compartirse con gente de este mundo,
se han de vivir con criaturas
de otros, desconocidos; los sueños
sólo pueden contarse
y pierden, convertidos en palabras,
su magia toda,
el indescifrable misterio de si son recuerdos,
premoniciones
o el eco de algo que nos está pasando en otro mundo
aún
desconocido.

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