domingo, 9 de marzo de 2008

Lo hace todo, el fuego, como jugando:
comerse gente y cosas,
danzar,
a compás de las guitarras, la danza que escribió para el
Falla.

Parece que ha muerto, pero es como el ave fénix
y está aquí, de nuevo, a nuestro alrededor,
aparentando domesticidad, pero atento
para saltar, en cualquier momento,
recuperada la ferocidad de su instinto.

No está nunca totalmente apagado en todas partes,
puede
que él sea el gran hermano
que ya ha empezado a vigilarnos.

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