domingo, 30 de marzo de 2008

Loquitiempo de primavera,
una bocanada de sol para salir de misa de doce,
vermú con aceitunas rellenas de anchoas, patatitas
fritas,
doraditas,
crujientes. Pasan
la niña disimuladamente estremecida
por lo de anteanoche,
su papá, que finge
no enterarse de nada, la madre cómplice
y esa amiga de mamá, que cuando se pone el abrigo de pieles
no se parece a nada de este mundo.
En seguida, granizo huevodecodorniz,
sólo una descarga, más sol, más granizo, primavera,
por eso le pasó lo que le está pasando a la niña,
que ya no lo es tanto,
núbil,
ya
definitivamente hermosa, para su desgracia,
como el loquitiempo
de la irrefrenable primavera.

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